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Las “Soft skills” y las “Hard skills” son dos tipos diferentes de habilidades que pueden ser relevantes en el lugar de trabajo y en la vida en general.

Las “Hard skills” son habilidades técnicas o específicas que se adquieren a través de la educación, la formación y la experiencia práctica. Estas habilidades son concretas y se pueden medir, y a menudo se relacionan con tareas específicas o trabajos en campos específicos. Por ejemplo, las habilidades de programación, diseño gráfico, mecánica, soldadura, contabilidad y de matemáticas.

Por otro lado, las “Soft skills” son habilidades interpersonales y sociales que se relacionan con la forma en que interactuamos y nos comunicamos con los demás. Estas habilidades no son tan tangibles o cuantificables como las “Hard skills”, pero son igualmente importantes en el lugar de trabajo y en la vida en general. Algunos ejemplos de “Soft skills” son la capacidad de comunicarse eficazmente, la empatía, capacidad de trabajar en equipo, resolución de conflictos, creatividad y la adaptabilidad.

Mientras que las “Hard skills” son habilidades técnicas y concretas que se relacionan con tareas específicas, las “Soft skills” son habilidades interpersonales y sociales que nos permiten interactuar y comunicarnos de manera efectiva con los demás. Ambos tipos de habilidades son complementarias en el lugar de trabajo y son necesarias para el éxito, sin embargo, los últimos estudios demuestran que las habilidades sociales pesan más en los procesos de selección internos y externos de una organización, ya que las “hard skills” pueden ser aprendidas en una forma más rápida y orgánica que los “soft skills”.

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