En ocasiones, nos encontramos con jefes que, a pesar de su excelencia en el desempeño laboral, luchan con el manejo de la ira. Esta situación puede ser desafiante tanto para el equipo como para el propio líder. En este blog, exploraremos qué hacer cuando nos enfrentamos a un jefe con problemas de ira, cómo abordar la situación y la frecuencia con la que debemos trabajar en ello. Además, examinaremos la responsabilidad de la empresa en este escenario y ofreceremos un enfoque paso a paso para ayudar al jefe a corregir su conducta.
Comprendiendo la Ira en el Trabajo:
Para abordar eficazmente la ira en el trabajo, es crucial entender sus causas y consecuencias. Hay que explorar cómo la ira puede afectar la dinámica del equipo y la productividad general en la empresa. Además, destacaremos la importancia de abordar este problema con empatía y comprensión, reconociendo que la ira a menudo es un síntoma de problemas más profundos.
Evaluación de la Situación:
Antes de tomar medidas, es esencial evaluar la gravedad del problema, en donde debemos identificar patrones de comportamiento, recopilar retroalimentación del equipo y determinar si la ira del jefe es un problema aislado, sistémico, temporal o recurrente. Esta evaluación proporcionará una base sólida para desarrollar estrategias efectivas.
Abordando la Situación:
Desde un plano empresarial es importante abordar este tema con estrategias prácticas. Esto incluye la comunicación abierta y honesta, establecimiento de límites claros, y la promoción de un ambiente de trabajo saludable. También podemos utilizar técnicas de gestión emocional que ayuden al jefe a lidiar con la ira de manera más constructiva. Para abordar estos temas, es importante establecer un espacio seguro donde el jefe pueda expresar sus preocupaciones y las personas colaboradoras puedan compartir cómo la ira afecta su desempeño, promoviendo de esta forma la comprensión mutua.
La Responsabilidad de la Empresa:
En este escenario, debemos formular la pregunta: ¿Es obligación de la empresa tomar medidas? La respuesta radica en las políticas de Recursos Humanos y la visión de los dueños y/o gerencias, quienes pueden influir en proporcionar recursos y/o apoyo para abordar esta situación. De igual forma, es importante asegurarse de que haya consecuencias claras para el comportamiento inapropiado y/o violento hacia las personas trabajadoras. Esto no solo proporciona límites, sino que también establece un estándar para el respeto mutuo en el lugar de trabajo.
Paso a Paso para Ayudar al Jefe:
A continuación, presentaremos un enfoque paso a paso para ayudar al jefe a corregir su conducta:
- Observación y Documentación: Observa los patrones de comportamiento: ¿Cuándo ocurre la ira? ¿Hay desencadenantes específicos? Documenta incidentes específicos para tener ejemplos concretos al abordar el problema. Es importante escribirlos y comentarlos para encontrar nuevas alternativas.
- Reflexión Personal: Es importante que usted reflexione sobre cómo se siente respecto a la situación y si está dispuesto a ser parte de la solución. Entendiendo que todo cambio inicia en uno mismo.
- Comunicación Abierta: Practique la comunicación abierta, en donde, su conversación debe ser positiva, constructiva y poco con confrontativa. Utiliza “yo” en lugar de “tú o usted” para expresar sus preocupaciones. Por ejemplo, “Me he dado cuenta de que a veces las conversaciones con el grupo pueden volverse intensas, y me preocupa cómo esto impacta en el equipo.”
- Expresar Sentimientos: Los sentimientos no pueden ser expresados solo bajo la conducta de la ira. Revisa cuáles emociones fuertes lo llevan a desencadenar conductas violentas contra otras personas. Estas podrían variar desde la tristeza, la soledad, la frustración, la falta de sueño, presión laboral, sentimiento de no ser suficiente y/o cualquier otro que desencadene ira.
- Escucha activa: Practica la escucha, sin interrumpir y practica la empatía, por medio de la observación, atención y lenguaje corporal
- Identifica Desafíos Subyacentes: Todos tenemos historias de vida que afectaron nuestro desarrollo, emociones, conducta y pensamientos. Aquí es donde debemos entender, que el punto nunca es ni será lo que pasó, sino, qué decidimos ser, después del evento sucedido. Por esta razón debemos explorar si hay problemas personales o profesionales que contribuyan a la carencia del control de la ira.
- Proporcionar Soluciones Positivas: Cada Jefatura debe encontrar formas específicas de manejar el estrés o la ira, como técnicas de respiración, pausas cortas o actividades donde pueda canalizar esta energía. La elección de la misma dependerá de cada uno y del tiempo que cuente y necesite para encausar en forma positiva la ira.
- Establecer Expectativas Claras: En este proceso, la empresa debe comunicar expectativas claras sobre el comportamiento deseado y los límites aceptables dentro de la organización, las cuales deben ir de la mano con las Políticas de Comportamiento y desaprobación de conductas que podrían ser consideradas violentas, discriminatorias y/o abusivas. La empresa debe velar por el respeto mutuo en el lugar de trabajo, en donde, la Jefatura es el primer pilar y ejemplo para todas las personas colaboradoras.
- Ofrecer Apoyo: La Jefatura que no logre modificar sus estados emocionales cambiantes, con los puntos anteriores, debe valorar seriamente buscar recursos adicionales, como entrenamiento en inteligencia emocional o acceso a servicios de apoyo para el bienestar emocional que le permitan mejorar sus relaciones laborales.
- Seguimiento Regular: La empresa debe instaurar un programa de reuniones de seguimiento para evaluar el progreso de esta situación y brindar retroalimentación de los cambios percibidos por los subordinados. Abordar la ira de un jefe es un proceso delicado que requiere paciencia y compromiso. Hay que asegurar una comunicación abierta y estar dispuesto a ajustar el enfoque según evoluciona la situación.
Cerraremos el blog destacando la esperanza y la posibilidad de cambio. A través de esfuerzos conjuntos, comprensión y apoyo, tanto del jefe como del equipo para crear un ambiente de trabajo más saludable y productivo.