En nuestro día a día, siempre hay temas, personas, situaciones, reuniones y decisiones que
posponemos, convirtiéndose la procrastinación en un hábito que podría afectarnos en muchas
áreas de nuestra vida.
Para que podamos mejorar nuestras relaciones, autoestima, liderazgo e imagen en la empresa,
debemos ser persistentes y disciplinados, en pequeños detalles cotidianos como: atención a
nuestros correos electrónicos a tiempo, realizar la reunión que hemos pospuesto con ese
compañero incómodo, cobrar a ese cliente que siempre tiene escusas, entre otras acciones que
una vez ejecutadas, nos dan una sensación de que hemos avanzado y/o cerrado temas que nos
desgastan y drenan nuestra energía.
Parte de las características de las personas altamente efectivas y exitosas, es hacer lo que no les
gusta hacer, ya que este ejercicio les obliga a llevar a la acción, tomar decisiones y ejecutar las
tareas requeridas para lograr los objetivos propuestos.
En el momento en que hacemos lo que debemos realizar, nos convertimos en una persona
congruente, con credibilidad para las personas que se encuentran a nuestro alrededor. La
alineación de nuestra autogestión en relación a nuestros pensamientos, sentimientos y miedos,
permite que nazcan nuevos hábitos que nos llevan a una mayor satisfacción y logro.
Te invitamos a iniciar en un viaje de automejora, en donde el primer paso para sentirse mejor y
optimizar tu imagen, es tomando el tiempo para hacer lo que haz pospuesto hacer.