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Las entrevistas laborales son la herramienta por excelencia para valorar a los candidatos en los diversos momentos del Proceso de Selección.
Actualmente, tenemos un grupo muy particular y creciente en trabajadores profesionales que pertenecieron a una empresa de alta exigencia intelectual y muy enfocada a resultados. Este grupo de profesionales, generalmente contaban con poco tiempo para descansar y/o tomar sus vacaciones, de igual forma, el ambiente laboral pudo haber sido muy estresante y las herramientas emocionales del trabajador para establecer límites, no fueron un hábito constante, propiciando de esta forma el Síndrome del Quemado.
A modo de referencia, debemos entender el concepto de “síndrome”, como un conjunto de signos y síntomas característicos de una enfermedad; en este caso en específico, agrupados en tres áreas: agotamiento emocional (cansancio físico y mental), despersonalización (sentimientos de impotencia y desesperanza) y falta de realización personal en el trabajo (desmotivación).
 
¿Cómo detectamos una persona con el Síndrome del Quemado en una entrevista?


Los reclutadores podemos detectar las siguientes conductas:

Persona con falta de energía, puede lucir triste, carece de atención a los detalles, distante, se describe como una persona enfocada solo en el trabajo, denotando aislamiento interno y externo a la empresa a la que pertenece o perteneció, de igual forma, se puede presentar sin mayor interés en su apariencia, impaciente y sus respuestas pueden ser indiferentes y/o impulsivas.

Cuando realizamos indagaciones relacionadas con la jefatura, con sus compañeros de trabajo, manejo de las funciones y responsabilidades, objetivos obtenidos en el último año, relación familiar y próximas metas que desea realizar, podemos evidenciar algunas respuestas que no son compatibles con las esperadas de un candidato idóneo para integrar a un nuevo equipo de trabajo; algunas de estas contestaciones podrían ser:


–          Hablará en forma despreciativa de sus compañeros y/o jefatura
–          No muestra expectativas laborales claras del crecimiento que desea tener o si esta, es o no su prioridad.
–          Menciona varios objetivos que poseen relación consigo mismo, dejando completamente de lado, lo que podría brindarle a la empresa.
–          Realiza comentarios que denotan una pérdida de motivación en sus funciones o en su profesión
–          Utiliza el sarcasmo o contesta con frases de carácter irritable hacia el mismo entrevistador.
–          Procrastina sus proyectos personales que impactan su crecimiento profesional (ejemplo: aprender un nuevo idioma o finalizar su carrera)
–          Nos comenta que en los últimos meses posee dolores de cabeza y/o dolores musculares que lo han llevado a tener incapacidades y/o detener sus labores.
 
Se han hecho muchos estudios relacionados  con las poblaciones más afectadas, en donde se ha estudiado las edades, antigüedad en la institución, puesto laboral, horario de trabajo, enfermedades físicas y mentales, número de horas para poder dormir profundamente y géneros, en donde los resultados varían dependiendo de la profesión, estado civil, número de hijos, apoyo social extralaboral que tenga el colaborador, como otros factores socioemocionales externos que podrían propiciar la recuperación del Síndrome del Quemado.

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